La adicción sexual se caracteriza por una preocupación disfuncional con el sexo
Vivir la sexualidad de forma sana es fundamental para nuestras relaciones de pareja y nuestro bienestar personal, pero para las personas que sufren una adicción al sexo no la disfrutan como tal, ya que su comportamiento lo convierte en una necesidad que no puede controlar.
Vivir la sexualidad de forma sana es fundamental para nuestras relaciones de pareja y nuestro bienestar personal, pero para las personas que sufren una adicción al sexo no la disfrutan como tal, ya que su comportamiento lo convierte en una persona compulsiva sexual con necesidad que no puede controlar.
La adicción sexual se caracteriza por una preocupación disfuncional con el sexo en su vida diaria, a menudo involucrado en la búsqueda obsesiva de mantener relaciones sexuales no íntimas (fantasías sexuales, masturbación compulsiva, pornografía, cibersexo, voyeurismo, sexo anónimo, y las parejas múltiples). Este patrón de impulsos, fantasías y comportamientos continúa por un largo período de tiempo, a pesar de lo siguiente:
- Intentar corregir el comportamiento sexual problemático en cualquier aspecto de sus vidas.
- Prometerse a sí mismo y a los demás cambiar la conducta adictiva sin éxito.
- Seguir realizando la conducta sexual problemática a pesar de las consecuencias negativas que le reporta en su vida a nivel familiar, social, laboral, económica e incluso legales.
En términos más sencillos, la adicción sexual es un patrón de fantasías y comportamientos sexuales compulsivos que causan graves problemas en la vida del adicto.
Estas personas que sufren una adicción al sexo, no viven de forma placentera su sexualidad, ya que sus comportamientos se convierten en una necesidad incapaz de controlar. En muchas ocasiones, estos actos van en contra de sus principios morales ocasionándoles sentimientos de culpa y vergüenza, llevándolos a tener una doble vida basada en el engaño y la mentira.
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